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domingo, 23 de septiembre de 2018

Todo pasa y todo queda...

Todo pasa y todo queda...pero lo nuestro es pasar. Pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar....es un poema de Antonio Machado al que Serrat lo ha conformado como una de sus mejores canciones. Con el día de ayer, es la tercera vez que escucho y veo a Serrat en directo. Lo vi por primera vez en un concierto en la plaza de toros Monumental de Barcelona en 1986 donde actuó junto a Víctor Manuel y Ana Belén y anoche de nuevo en Mérida, después de haberlo visto antes en 2010.
Serrat sigue siendo fiel a sus canciones, a sus formas sobre el escenario y con sus 74 años de edad sigue defendiendo las causas que creo que lo llevaron desde niño a hacerse cantautor y cantar contra las injusticias durante la dictadura. Y por supuesto sigue siendo leal y fiel en la defensa del Mediterráneo...el mar en el que nacen todos los océanos, como dijo anoche en un teatro romano abarrotado de gente.
Mi hija Lidia tenía ganas de ver a Serrat y desde el primer día que salieron a la venta compré las entradas. Había tanta gente que ni el calor pudo con la emoción y la ilusión por escucharlo. Mucha gente conocida. Se me acercó a saludarme el amigo Ángel Calle y me recordó un momento que vivió de los años 71-72 cuando en una "movida" de estudiantes en Barcelona, intervinieron "los grises" y se llevaron a muchos de ellos a dormir a la comisaria de la Vía Laietana. Me comentó que Serrat aquella noche se acerco en un acto de solidaridad a estar con ellos y también lo detuvieron.
Fue una noche fantástica...una noche en la que disfruté del escenario, de la música, de una de las mejores compañías de mi vida, mi hija. Le decía a Lidia que por momentos así me encantaba que disfrutara y que lo viviera como un regalo que nos da este tiempo de hoy, porque con sus años yo no tuve oportunidad de hacerlo. Eran otros tiempos y no había las mismas posibilidades que hay ahora. También por eso merece la pena, como dice la canción... se hace camino al andar, pues eso, es como un volver a vivir esos años de juventud. Regresar a unos momentos de esos años y hacer caminos, recorrer caminos, compartir lugar y sintonías. Vivir la vida que nos regala momentos únicos.
Fueron dos horas que se pasaron rápido. Quizás es que no tenemos la sensación real de como pasa el tiempo, cuando lo disfrutamos con la intensidad que lo vivimos anoche. Como el ejemplo del taburete que sigue siendo el acompañante de las giras, como el asiento en que se descansa en la reflexión de la vida. Como el descanso que te hace compartir esos maravillosos momentos que te da la vida.
A menudo los hijos se nos parecen y así nos dan la primera satisfacción...nos dice en una de sus canciones Serrat...esos locos bajitos que se incorporan con los ojos abiertos de par en par, esos locos bajitos que no pueden impedir que las agujas avancen en el reloj...esos locos bajitos.

1 comentario:

  1. Gracias a una entrada que apareció en mis manos a pocas horas del concierto yo viví dos horas nostálgicas y maravillosas, habia tantos amigos que hacia años que no veia.gracias y mil veces gracias, lo siento por quien no pudo ir, un saludo Encarna.

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