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domingo, 7 de octubre de 2018

La oratoria en política.

Al Parlamento se va a hablar, a parlamentar y no a leer...esta frase pronunciada por Felipe Gonzalez el viernes 5 de octubre por la noche en Villafranca de los Barros me permite reflexionar sobre la necesidad y la importancia de la oratoria en política. Un político como Felipe no solo no lee, sino que sus discursos son toda una conferencia. Domina la oratoria, los gestos, los silencios, el escenario y sabe cómo empatizar con el sentido común y conectar con el público.
Es posible que con la edad resulte un poco excesivo por el tiempo que dedicó en su intervención, pero la fuerza y el magisterio de sus palabras resuenan y tienen muchísimo eco en los políticos de antes y también en los políticos de ahora, los cuales muchos de ellos deberían copiar al menos sus gestos y su saber estar sobre el escenario, que con fijarse es suficiente. Tiene toda la experiencia política de sus años, pero sobre todo de su control y dominio de todos los temas. Su fuerza, carácter, su sentido y espíritu europeísta, le siguen confirmando como un líder a pesar de los años, porque creo que sin conocerlo personalmente sigue sintiendo y teniendo pasión por la política. Me atrevo a decir que cuando habla, la gente sabe que dice lo que piensa.
Felipe se refería a la necesidad de reformar la Constitución y ponía énfasis en reformarla sin miedos. Sin miedo, pero leyéndola desde el principio, porque así algunos de los que quieren liquidarla tendrán la oportunidad de leerla..."no vaya a ser que quieran aniquilarla sin conocerla". Busquemos hacer más política y menos el amparo del poder de los que llevan la toga. Busquemos preparar el país del futuro reformando la Constitución y no nos amparemos en la situación de Cataluña y el secesionismo para no hacer lo que se tiene que hacer...como un aviso a los que hoy pueden y deben cambiar la dinámica.
Hoy escuchamos en los parlamentos discursos vacíos, llenos de datos que por sí solos no sirven para convencer. Sin estructura, ni un contenido que explique con argumentos el porqué de las propuestas. Hoy se podría decir que los discursos no tienen mayor contenido que desacreditar el discurso del otro. Quizás es que lamentablemente hemos entrado en el falso debate en este nuevo tiempo político, que todo se queda en lo que se desarrolla después en las redes sociales. Ahí es donde ya la política deja de convertirse en una herramienta para pasar a ser algo banal, algo que desacredita el argumento del espacio público compartido.
Hoy como ayer, para convencer uno debe saber que tiene que emplear argumentos éticos, emocionales y lógicos. Ya lo dijo Platón " los hombres sabios hablan porque tienen algo que decir, los necios lo hacen porque tienen que decir algo".

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