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domingo, 21 de abril de 2019

El poder de la TV...

El debate de los debates es que al final no habrá un debate, porque serán dos los debates. Es decir, hemos pasado después de un cúmulo de errores por un lado y de una polémica absolutamente innecesaria por otro, a que se vayan a producir dos debates. Muchos ciudadanos nos preguntamos porqué cada vez que hay elecciones en nuestro país se suceden este tipo de controversias que conducen a que una parte de la sociedad pudiera llegar a cuestionar el buen ejercicio de la democracia, de la transparencia política y de la libertad de expresión. Porque la democracia es algo más que votar: es dar explicaciones sobre las cosas que haces, es someterte al juicio de la opinión pública y al de los representantes. Es rendir cuentas, porque el voto no lo damos los ciudadanos, lo prestamos.
Asistimos con mucha frecuencia a "debates espectáculos" en las televisiones. Cualquiera tiene entidad y contenido para hablar. Da igual el asunto, porque lo que se impone es el espectáculo y el mérito en muchos, es faltar al respeto y en no dejar hablar al otro. Parece que el sentarse en un plató de un medio de comunicación te da un caché. Casi todo está permitido. Es como si se estuviera desarrollando una forma de hacer política despreciando a la política. Es como si el auge de las nuevas tecnologías fuera el argumento de las nuevas formas de hacer política y se estuviera dando paso a la imagen como instrumento de seducción, vaciándose de contenido la política al no existir el argumento de la reflexión.
La encuesta del CIS confirmaba hace pocos días el poder de los indecisos. Hasta un 42% de quienes piensan ir a votar, tienen su voto por decidir. Esta sería una poderosa razón para debatir, para intentar llegar a los ciudadanos. En los debates puede haber una audiencia millonaria, siempre ha sido así cuando debaten los aspirantes a presidir el país. Puede que estas elecciones generales del 28-A vuelvan a ser unas elecciones donde la participación de los ciudadanos recuerde a las participaciones electorales de los primeros años de la democracia. Entonces, no se entendía porqué no poder comprobar, ver y escuchar en directo a los que nos representarán. Porqué algo que es considerado como normal en otros países, no se termina de ver en el nuestro así. Porqué algo que está regulado en países de nuestro entorno, no se termina de regular en nuestro país.
Una cita de Bécquer dice "sé que conozco a mucha gente a la que no conozco"...estas elecciones van a ser decididas por esa gente corriente a las que no se conoce su opción, por esa gente que aún no tiene decidido a quién votar. Por esa gente que asusta porque es desconocida, porque está desencantada, porque se siente no valorada y decidirá en el último momento a quién votar. Y esta gente creo que podrá encontrar alguna razón para decidir su voto una vez vea los debates.
Una de las cuestiones más importantes de éstos próximos debates de los días 22 y 23 es que serán a finales de la campaña electoral y aquí es donde radica la capital importancia de los mismos. El que falle se la juega porque no tendrá tiempo para rectificar. Serán debates donde la estrategia no podrá esconderse porque hay un votante indeciso que estará expectante, que estará esperando un argumento, un gesto, una idea...estará esperando que alguien lo seduzca, después comparará y decidirá y es ahí donde la televisión va a jugar un papel decisivo.

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