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domingo, 14 de abril de 2019

Puedo decir que mereció la pena...

"Alegrémonos pues..." Gaudeamus Igitur... con estas palabras se inicia el himno universitario que suele estar reservado a actos solemnes y entrañables, como son entre otros, los actos de graduación. Lo había vivido en otras ocasiones, pero el de ayer lo viví de otra manera. El Palacio de Congresos de Badajoz es un lugar que tiene mucha historia y que guarda entre sus muros algunos sucesos que no debieron producirse nunca, pero la historia está ahí y no conviene olvidarla. Celebrar un acto de graduación universitaria en este lugar es mágico, porque a pesar de aquello que pasó, le da un aire de majestuosidad y de belleza. Su inmensidad, su originalidad, el color de su entrada y su luz, lo ha convertido en un auténtico símbolo de la vanguardia de Extremadura.
El acto de graduación es un acto de culminación, de final de una carrera. De un tiempo que guardaré para siempre en mi memoria. Los discursos de los alumnos de la promoción, el discurso del padrino, del Rector me parecieron sinceros. Llamaron la atención por sus reivindicaciones. Los alumnos trataron de introducir sucesos y momentos vividos, también algún "toque" a los profes. El padrino profundizó en la necesidad de seguir adelante. No os conforméis, seguir adelante, indignaros y rebelaros. El Rector, que era uno de sus primeros actos, también dio el "toque" con el asunto de las novatadas y reafirmó la necesidad de seguir luchando contra la desigualdad y contra la violencia de género. La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo (Mandela).
No estaba nervioso, pero sí un poco emocionado por la emotividad del acto y conforme se acercaba el momento de la imposición de la beca recordaba muchos días vividos. El primer año y la locura de matricularme de casi todas las asignaturas. La novatada. Después poco a poco, hasta que le coges el punto conforme vas avanzando en la carrera. Los debates en las clases. Un café como único compañero en la cafetería por no haber comido ese día por falta de tiempo. Esos apuntes pasados por compañeros y amigas. Esos profesores que pacientemente aguantaban mis peticiones de horas de tutorías. Ese tiempo de ida y vuelta al trabajo en el coche escuchando algunas grabaciones de apuntes. Cuantos momentos vividos. Cuantas veces esa voz de aliento, de ánimo para seguir. Cuantos fines de semana en el zulo viendo como amanecía el día
Supe que sería uno de los últimos en subir al escenario porque se sigue el orden alfabético. Subí junto a otra chica. El color de la beca es llamativo y por ello resaltaba en el traje. Un momento emocionante. Recibí la felicitación sincera de todos los profesores. Me la impuso Jesús, uno de mis últimos profesores. Momento foto. Mirada sin ver a nadie. Sólo la inmensidad de un palacio abarrotado. Busqué a mi gente y viví el momento mágico. Para guardar en la memoria. Me dije en silencio: mereció la pena.
Es en el camino hacia uno mismo donde he encontrado y sentido una parte de mi vida, quizás en éstos últimos años lo que he hecho es caminar lento, sin apresurarme y sabiendo que el único lugar a donde quería llegar es hasta donde he llegado. Hoy puedo decir que mereció la pena...Objetivo conseguido!!!

3 comentarios:

  1. Pues es para estar orgulloso te lo propusiste y lo has conseguido enhorabuena

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  2. Graciasss...estoy orgulloso del esfuerzo. Se dice que todo esfuerzo tiene una recompensa...hasta ahí quería llegar. La recompensa es la misma que en una maratón: llegar a la meta.

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  3. Enhorabuena.apesar del intenso trabajo lo has conseguido Y está satisfacción es única.

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