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lunes, 19 de agosto de 2019

La patria feliz de la infancia...

Esta mañana paseaba por el parque con Víctor y me reencontré con un ciudadano en la zona de los columpios. Era tempranito, pero ya estábamos en la calle. Nos juntamos en un momento hasta cinco abuelos que paseábamos orgullosos a nuestros nietos. Menudo oficio nos hemos cogido!!!...me dijo uno de ellos. Fueron las palabras que consiguieron que nos saludáramos para iniciar un breve comentario y preguntarnos cualquiera cosa relacionado con ellos o los hijos...la edad, el trabajo, las vacaciones, los asuntos que nos afectan como ciudadanos, etc. 
Suele suceder siempre y durante todo el año pero yo antes no me había dado cuenta o no le había dado la importancia que tiene. Hace años cuando tuve la suerte de llevar o recoger a mis hijas en el colegio los veía esperando la salida de los nietos. Ahora los veo a diario en el parque y me encuentro en ello en los casi dos meses de "vacaciones" que llevo. Se produce una relación que hace compartir el tiempo de forma amena. Me lo decía uno de ellos: si nos ponemos en "huelga" es seguro que paramos el país porque tendría un impacto mayor que cuando la hacíamos por motivos laborales.
Lo cierto es que es una frase que tiene su realidad. El problema no es pequeño y muchas familias por distintas razones no pueden dejar a sus hijos pequeños en guarderías, bien porque no las hay o porque no pueden permitirse económicamente el poder pagar los servicios y el coste que conlleva dejarlos. También está la razón de que los abuelos pueden cumplir con esa función y que es muy grato hacerlo, porque permite vivir una etapa en la que se descubren momentos únicos. Momentos que aportan un sentimiento de una calidez y ternura incomparable. Momentos que son distintos al de la relación padres e hijos y que hacen de alguna forma revivir ese niño interno que está ahí, a pesar de los años, porque hay una sonrisa espontánea que te surge, una risa que te brota, una mirada de sensibilidad que te inunda, un toque de ternura cuando te coge un dedo y te lo aprieta. Entonces, ahí sabes que eres su aliado para siempre.
En estos días que estamos asistiendo a una falta de humanidad y de un criterio común de los gobiernos de Europa con la situación de gravedad de los inmigrantes  a bordo del barco Open Arms, reflexiono sobre la enseñanza que podemos compartir de nuestra experiencia cuando todos hemos sido niños. Hagamos el ejercicio de mirar hacia nuestros primeros años en busca de libertad y tratemos de entender esa ansiada libertad que buscan esas personas, porque estamos hablando de personas y de  niños.
Será verdad como dijo Rilke que la única patria feliz, es la conformada por los niños... Es así como son esos momentos con Víctor, esos primeros pasos que va dando para aprender a ser, a ejercer y ganar más libertad...como ese tiempo donde paseamos por el parque y compartimos la mirada con una sonrisa hacia ese cielo azul que nos llena de vitalidad y que nos ofrece la inmensidad de su espacio para seguir buscando esa patria feliz de la infancia.

2 comentarios:

  1. Recordamos, cada uno de nosotros, parte del pasado (infancia, pubertad, juventud, mayoría de edad legal... Pero con mucha facilidad olvidamos las malas condiciones de otros muchos humanos y brutales marginación es... ¡¿Para eso están los politicos?! ¡¡¡Como somos!!!

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  2. Así es amigo...nos olvidamos de nuestra historia y miramos para otro lado. A veces yo también me hago esa pregunta. Un abrazo

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