"Una
de las enseñanzas de esta crisis nos está diciendo lo equivocadas que
han estado nuestras prioridades en las últimas cuatro décadas. Hemos
trabajado mucho para tener más globalización económica, y hemos
invertido muy poco para asegurar los bienes necesarios para la sanidad
pública. Si hubiéramos dado la misma importancia a la OMS que a la OCDE o
al FMI nos habría ido mejor". El que responde de esta manera es el
ganador del Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2020 y no
sorprenden sus respuestas por cuanto si se analizan los encuentros
económicos de las organizaciones más poderosas siempre son las
conclusiones económicas las que prevalecen, siendo dos organismos que
deben promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de
las personas en cualquier parte del mundo.
Pero
la crisis nos ha vuelto a desnudar ante nuestros espejos interiores.
Hasta el punto de no importar el torpedear las posibilidades del propio
país condicionando las ayudas europeas del plan de recuperación económica y social, como han sido las maniobras de presión en
la Eurocámara por parte de los Eurodiputados del Partido Popular
Europeo. Siempre sucede en todas las alternativas de propuestas de
salida de la crisis y es donde se pone de manifiesto esa foto ante el
espejo. Algo que lamentablemente se repite en la historia. Cuando se
trata de dar una respuesta global unitaria en todos los sentidos de
fuerza y unidad como país ante el resto, salen los intereses del cuanto
peor, mejor. Son los mismos de aquella famosa frase de Rajoy "cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí".
Aún
con estas estrategias que se dan no solo en Europa, sino también en el
Congreso con su Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que
va camino de convertirse en una comisión de esas de las que a pesar de
las páginas que llene, al final son "más importantes los reglamentos",
hay un tiempo de esperanza que se ha producido en esta semana con el
Pacto por la Recuperación en Castilla y León, donde resumidos en 84
puntos se acuerdan compromisos concretos con partidas económicas fijadas
abordándose la situación de la Sanidad, los servicios sociales, el
empleo, las empresas, etc. Un Pacto que han firmado todas las fuerzas
políticas con representación en el Parlamento
(PP-PSOE-CIUDADANOS-PODEMOS y un partido de Avila) y que se convierte en
una alternativa donde todos los partidos han puesto por delante las
exigencias y necesidades de la ciudadanía, destacando la importancia de
haber buscado los que les une. Un pacto que aporta seguridad y esperanza,
situándose frente al ruido de otros y que en ningún momento se plantea quiénes pueden ganar con ese pacto, porque lo que tienen todos como
altura de miras son que su Comunidad pueda salir lo más fortalecida
posible de esta crisis.
Igualmente
sería positivo que en todas las Comunidades donde se está
trabajando por conseguir un pacto similar al de la comunidad castellana
se llegara al Acuerdo. Como sería deseable que en el Congreso se
consiguiera un gran Pacto por todas las fuerzas políticas. Sería una
forma de responder al esfuerzo que todos y todas hemos llevado a cabo
con nuestro confinamiento. Sería la resolución de los aplausos a todos
los que se lo han jugado en primera línea y la mejor fórmula con la que encarar la llamada nueva normalidad que ahora se inicia. Sería el espejo en el que se
tendrían que mirar los máximos representantes de los partidos en el
Congreso y en caso de que no lo consigan, preguntarse cómo es posible que en las Comunidades se
produzcan los acuerdos y para el conjunto del país ellos no sean capaces de alcanzarlo.
En
mi lectura reflexiva de la semana encontré una frase que creo que tiene
relación con los resúmenes que se escriben en la prensa en esta última semana sobre lo que han significado estos cien días en Estado de alarma y que viene a decirnos que "una de las paradojas de las
sociedades democráticas es que casi todo se puede decir, pero la inmensa
mayoría de las cosas que se dicen, queda a beneficio de inventario"...y
como el espacio de los posibles acuerdos cada día se estrecha más, no
estaría de más que aprendiéramos que las crisis son un espejo que
siempre nos aportan, que siempre nos retratan incluso ante nosotros mismos, y ante las cuales sobrán las palabras y sólo valen los hechos.
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