Vistas de página en total

domingo, 18 de octubre de 2020

"Aprender a dudar...."

Estamos en un tiempo con mucho ruido pero en el que es inevitable reflexionar y pensar, porque la situación no puede cegarnos ni hacer que perdamos las referencias de la realidad que vemos y vivimos. La situación nos ha puesto ante un examen mundial, donde además y aunque pueda parecer un tanto contradictorio, tenemos que ir con el freno pisado, porque no sabemos cómo hacer frente a lo que está pasando y vamos camino de ocho meses. Tenemos días de calma, de angustia, de esperanza y tenemos también días de nada. 

Y en ese camino de la reflexión no debemos dejar que la situación nos lleve sin saber hacia dónde vamos, porque hay cosas que están pasando y que el bicho casi oculta. Hace unos días aparecía publicado un informe sobre el estado de la pobreza y la exclusión social en nuestro país. Son datos que reconocen cómo la pandemia ha agudizado la pobreza y que la crisis no está siendo ni será igual para todos. Los efectos sobre nuestra salud, el empleo y la economía están ahí, pero la situación está arrasando a quienes ya se encontraban en una situación vulnerable porque sus condiciones de vida estaban aún más en precario.

Uno de los efectos más negativos de una crisis de largo recorrido tanto por el tiempo que llevamos como por el tiempo que estaremos,  es que nos acostumbremos a vivir con esa realidad mirando hacia otro lado. Porque no todas las personas hemos vivido igual el confinamiento ni en las mismas condiciones de espacio, donde ha habido niños y niñas en situación de pobreza que dependían de las escuelas a la hora de recibir apoyo, donde la brecha digital se ha hecho más evidente y la implantación de la educación a distancia se ha llevado a cabo de forma desigual y en estos últimos meses hemos podido ver imágenes de largas filas de personas en busca de alimentos ante las puertas de organizaciones sociales. Son sólo algunos ejemplos de cómo la profundidad de los efectos de la crisis generará una frontera de desigualdad que a lo largo del tiempo será cada vez mayor.

Y por eso en esta etapa de "confinamiento laboral", cada semana escucho con menos interés lo que dicen sus señorías en el Parlamento, porque casi todo es ruido. Mi amigo Vicente me suele decir: para lo que hay que escuchar!. Prefiero tener vista para analizar lo que nos rodea, dedos para exponer y escribir lo que reflexiono, oído para prestar atención a quien discrepa y como decía el otro, olfato para saber que no tengo que perder el tiempo con quien no merece la pena y por eso trato de pensar para sacar conclusiones desde una vocación de sumar, en estos tiempos donde lamentablemente parece primar más lo de restar y dividir.

Y en estas reflexiones semanales tratando de aplicarme el sentido común y el sentido crítico, me detengo un momento frente a la realidad de esos datos sobre la pobreza y la exclusión social en España, con dudas, porque siempre escuché que hay que dudar de aquellos que sólo hablan de certidumbres...Ya lo dijo Octavio Paz: "Aprender a dudar es aprender a pensar"....

No hay comentarios:

Publicar un comentario