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domingo, 14 de noviembre de 2021

Entre el deber y los principios....

En esta semana podríamos volver a referirnos a la Cumbre sobre el Clima. Sí, esa cita de los líderes más poderosos de la tierra y que una vez más vuelve a terminar como se vienen desarrollando las anteriores citas. Muchas declaraciones y kilómetros de páginas en los medios, pero de nuevo todo queda en frases, declaraciones, fotos, pasarela y prácticamente ningún compromiso. Siendo una cita mundial sobre la tierra y las consecuencias del cambio climático, que poco se comprometen en el futuro los máximos dirigentes del mundo, que son incapaces de ponerse de acuerdo ante el enorme peligro que ya no sólo vemos y sentimos, sino que sufrimos.

Pero esta semana en el ámbito nacional, ha sucedido algo que ha centrado la atención de todos los medios. Ha sido la votación y nombramiento de nuevos magistrados del Tribunal Constitucional. En concreto, el de uno de ellos, que tanto en su comparecencia en la Comisión, como por el historial que algunos medios han investigado, publicado y dado a conocer, ha desestabilizado a algunos de los grupos políticos que se habían comprometido en apoyar. Gracias a estos medios de comunicación nos hemos podido enterar de la "idoneidad, imparcialidad e independencia" del nuevo Magistrado Enrique Arnaldo. Hasta el punto de que algunos Diputados de los grupos políticos que conforman el Gobierno de coalición han declarado votar en contra y otros muchos parece que han votado con "una pinza en la nariz". Y es que ha debido hacer daño el mantener la pinza, porque a medida que se aproximaba la votación, más se la debían apretar sus señorías para que no les llegara el olor y que su conciencia y decisión se removiera.

Y en este suceso que no es pequeño, ha habido quienes han tenido que justificar y justificar su voto. Ha sido el Gobierno, sin ser el magistrado nombrado de los que había sido propuesto por los dos grupos que lo forman. Y cuando esto sucede, las cosas no se entienden igual o no se entienden. A veces cuesta entender el concepto responsabilidad a la hora de votar, porque se pertenece a un grupo y el sentido del deber y la disciplina puede, pero los principios, la conciencia y el derecho a tomar una decisión también es responsabilidad y también puede. Porque esta cuestión no es si me gusta más o me gusta menos, esto va del prestigio y de la credibilidad y dignidad de las Instituciones. No es la primera vez ni será la última que los principios, deberes y derechos se dudan a la hora de afrontar una decisión y asumir la responsabilidad. Como no es la primera vez que se vota en contra de la decisión del grupo al que se pertenece. Recuerdo entre otros casos, la decisión de modificar el artículo 135 de la Constitución y algunos votos en contra de Diputados socialistas. Más reciente, la investidura de Rajoy y los 15 Diputados y Diputadas que no se abstuvieron en la votación, sino que votaron en contra, como fue el caso de la actual Ministra de Defensa o la actual Presidenta del Congreso de los Diputados, entre otros y otras.

En los últimos años se vienen registrando en nuestro país niveles bajos de confianza social en las instituciones. Hoy suspenden el Parlamento, el Gobierno, el poder judicial, la Monarquía, el Constitucional, el CGPJ y los partidos políticos entre otros, como así publican las encuestas. Es como si este bajo nivel estuviera instalado y formara parte del espacio de la indiferencia, lo cual sería muy perjudicial y peligroso, porque ello puede que esté alimentando y haciendo mayor el espacio de la ultraderecha. Puede que sea una consecuencia de que la generación de la pasión por la política haya aprendido con mucha rapidez el cinismo del poder, lo que genera una fuente de descrédito y con ello el espacio público pierde su carácter de ágora de la comunidad. Y si esto sigue así y no se pone solución, el problema no sólo va a ser que sigan suspendiendo, sino que aunque mientan, nadie los va a creer.

1 comentario:

  1. Nos llevaremos todo el dinero que ganemos/ganen al puto infierno. Ya queda menos. Desaparecemos.

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