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domingo, 27 de marzo de 2022

Valorar lo que se consigue....

Debatimos con frecuencia y nos preguntamos el porqué suceden algunas cosas. Suelo comentar que en estos tiempos un tanto convulsos, llenos de incertidumbres de todo tipo que inmediatamente hacen que no nos acordemos de algunas noticias positivas que también suceden, que el camino no es resignarse y dejar que pase el tiempo permaneciendo con grandes silencios. No son tiempos para no manifestarse, porque "la peor actitud es la indiferencia", como nos dice Hessel en su libro ¡Indignaos!....hoy 27 de marzo, hace 11 años iniciaba de esta manera mi primera entrada del blog. Iniciaba la aventura de tener un blog, al que le puse de nombre Puente de Alconétar por muchas razones. Hoy supera las 106.000 visitas y contiene 436 post o entradas. Durante todos estos años y de forma prácticamente semanal, sigo compartiendo reflexiones teniendo como referencia de las mismas esa cita de Julián Besteiro que encabeza el blog.

En algunas de esas entradas me he referido a frases y posicionamientos de José Luis Sampedro. Una referencia de los jóvenes y no tan jóvenes del 15-M. También una referencia para muchísima gente por su compromiso, por sus libros que nos hacen reflexionar y por su humanidad. Sampedro se refería en su discurso de ingreso en la Academia de la Lengua hace algo más de 30 años a que entonces no se procuraba alcanzar la iluminación, sino sentir el latigazo del deslumbramiento. Decía "se busca el estrépito, lo aparatoso, los focos publicitarios, no el silencio, lo auténtico, ni el resplandor tranquilo de la lámpara". Y tenemos que decir que en muchas de las cosas actuales en el ámbito de la política, se sigue buscando lo mismo. Lo mismo, pero con un aire que pretende quemar todo lo positivo que pueda conseguirse o llegarse a conseguir, contando además con la instrumentalización que se hace con las redes sociales.

En los últimos días los ciudadanos estamos sufriendo la situación derivada del conflicto de los transportistas. Podríamos decir que estamos comprobando el estrépito y nunca mejor dicho. Como también la lucha de intereses de unos y otros sin tener en cuenta que somos millones los que pagamos ese ruido convertido en un problema. Y ese ruido puede que quiera apagar lo conseguido en esta última semana en el Consejo de Europa en relación con el reconocimiento para que España y Portugal puedan poner en marcha medidas temporales para reducir los precios de la electricidad tanto para consumidores como para empresas, porque los ciudadanos llevamos demasiado tiempo pagando las consecuencias de los altos precios de la electricidad y de los carburantes. No se entendería que se pueda subvencionar y dar ayudas directas a los transportistas, que está muy bien, y los que estamos pagando las consecuencias de todo este conflicto, no tuviéramos algún tipo de reducción en los precios energéticos o en el de los carburantes.

Con todo esto que viene pasando en los últimos meses y el acaloramiento que viene provocando el ruido casi permanente en la sociedad, cuesta valorar lo que se consigue. Hoy lo que se consigue, dura como se suele decir, un rato y mañana ya estamos a otra historia. Como escuché decir en este fin de semana, parece que cada vez estamos más en lo de cada uno y menos en lo de todos. Lo decía el Presidente de la Junta de Extremadura "hoy nadie habla de lo común", existiendo como un tránsito del ciudadano al individuo. El tiempo pasa y compartimos las crisis con miedos e incertidumbres. Hoy cuesta trabajo no responder y quedarte en silencio ante determinadas declaraciones cuando tratan de ridiculizar a la pobreza y a las desigualdades que genera. Quizás es que se quiere embarullar el debate público para hacernos olvidar que la economía y el mercado no son cuestiones naturales, sino que siguen una lógica que provoca el empobrecimiento de una mayoría en pos del enriquecimiento de una minonía.

Puede que el concepto de ciudadanía se encuentre en constante evolución por los grandes cambios sociales, políticos y económicos que vienen ocurriendo en los últimos años y que nos estemos refugiando cada día más en aquello de "y de lo mío qué". Es posible que hasta todo esto nos esté llevando a generarnos dudas en el camino de lo colectivo. Puede que hasta los conceptos ciudadano e individuo traten de falsearse o alterarse para que pensemos sólo en ese "yo". Por ello es conveniente que nos paremos y reflexionemos sobre ello....porque como decía Sampedro “Sin libertad lo que vivo no es mi vida, sino la vida que me imponen”.

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