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domingo, 17 de julio de 2022

Luna llena....

Un viaje inesperado y una canción en la noche me permitió recordar otro tiempo al escucharla. Tambien observar el cielo como normalmente no se puede hacer. Había luna llena y como suele suceder en esas noches, todo se ve de forma diferente. Más luz en la dehesa, más sombras que se reflejaban, más visión del cielo y las estrellas que en una noche normal. Estaba cruzando la Sierra de San Pedro y era de madrugada. La temperatura marcaba 34 grados en el exterior y te daba cosa abrir la ventana para escuchar lo que permitiera el ruido del motor del coche. Te entraban ganas de pararte a estar en la soledad escuchando los sonidos de la noche. Pararte y ponerte a observar desde la tranquilidad del silencio, pero la temperatura y las ganas de llegar para descansar te hacían pensarte dos veces la decisión. La luna continuaba y parecía que me seguía. Te parabas en un punto y es como si se parase también.  Pero la realidad es que siempre estaba en el mismo sitio. Ni se movía, porque todo es una ilusión que nos hacemos. Si se mueve, lo hace de forma tan lenta que no se percibe. La luna llena parecía enorme y más debe ser estando como está a millones de kilómetros de distancia de nosotros.

Una canción de Víctor Manuel en el viaje de vuelta me puse a escuchar.... “cansado estoy de ladrarte luna, cansado estoy de mirarme en ti”….y la canción consiguió en la soledad del horizonte con el silencio de la noche, ayudarme a reflexionar sobre lo que escuché en el viaje de ida. Pero ahora estaba de vuelta y el reflejo de la luz en las rocas me hacía como sentirme acompañado, como si fuera de día. No es que no quiera volver a las escuchas y el debate sobre los contenidos de las conversaciones de un excomisario, sino que me parece tan vomitivo tanto por su parte como por los que le permitieron llegar a donde hemos llegado, que son de aquellos asuntos sobre los que no quieres comentar para no perder tiempo, pero no por ello hay que dejar de condenar y denunciar porque es muy grave todo lo sucedido. Solo de pensar que todo eso ha venido pasando y gente con altísimas responsabilidades se han prestado a ello, nos da una idea de lo que algunos están dispuestos a hacer para cumplir sus objetivos. Y el periodismo, ah el periodismo! la justicia, ah, la justicia! los políticos, ah los políticos!...menos mal que todos no son iguales!.

Cuando estaba recorriendo algún punto del camino me acordaba de uno de los últimos libros de Luis Landero, donde cuenta algunas de las historias de sus vivencias en su pueblo. Sin saber el lugar, piensas que podrías estar recorriendo esos caminos. Hasta llegar a ponerte a pasear con esa luna llena que me perseguía. A cierta distancia observo como un animal pasea por la carretera. Debe ser la luna y de alguna manera su luz que me permitió aminorar la marcha para no tener un posible problema. Un jabalí que estaría buscando algún lugar o comida aprovechando la luna llena. Vuelvo a recordar en mi interior a Landero buscando en el Huerto de Emersón  el volver a vivir un tiempo de la infancia en su pueblo. Todos hemos pensado en alguna ocasión en ello y nos damos cuenta en esos segundos de la cantidad de momentos que hemos vivido y que nos gustaría volver a disfrutar.

El silencio de la noche, la observación de la luna llena, la soledad del camino y el cansancio consiguieron que el viaje pareciera más largo. Un día escuché que siempre tenemos que tratar de pensar en determinadas circunstancias en las cosas positivas que en el río de la vida siempre asoman, porque te permiten y más en este tipo de situaciones el pensar que mañana comienza un nuevo día y se abren otras posibilidades para seguir disfrutando de la vida. A veces resulta más fácil decirlo que hacerlo, pero hay que intentarlo, siempre hay que intentarlo. Y es que esos momentos componen historias de un tiempo maravillosamente vivido. Es la imaginación de un tiempo, es la mirada hacia alguna parte para reencontrarnos en las palabras cuando notas en ese tiempo del viaje de ida y vuelta que nadie te examina, excepto la luna que no quiere dejarte y que sin darte cuenta te observa y te permite cerrar los ojos para ver en un segundo todo el camino que te queda por delante, para como dice Victor Manuel "no es que prefiera soñar a oscuras ni acariciarte sin verte bien".

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