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sábado, 12 de noviembre de 2022

Otra cumbre climática más....

En los últimos años por estas fechas he estado escribiendo en las entradas del blog sobre la cumbre o conferencia del clima. En alguna de ellas he titulado "entre lo que se dice y lo que se hace". Y durante estos días se está celebrando una cumbre más. Una nueva cumbre con nuevas o las mismas declaraciones pero con otras palabras, que no nuevos compromisos, porque siguen siendo los incumplimientos las características de las cumbres, además de las declaraciones grandilocuentes. Vuelve a insistirse en casi lo de siempre, pero cada año que pasa sin actuarse sobre lo comprometido, es un nuevo tiempo perdido que no se recuperará. Porque las declaraciones están muy bien, pero se necesitan actuaciones, porque la emergencia climática no hay que declararla, hay que activar mediante acciones el que cada país asuma y cumpla porque de nada vale el que unos cumplan reduciendo sus emisiones, si los demás no cooperan. Aquí no se trata de unos o de otros, se trata de todos, aunque evidentemente los que más contaminan son los que más tienen que reducir sus emisiones y activar nuevas actuaciones. 

Durante estos últimos meses hemos visto imágenes de los cambios que están sucediéndose. Ahí están los cambios que están sucediéndose con el deshielo de los glaciares. Hemos comprobado las intensas olas de calor de este último verano. Estamos viendo las imágenes de nuestros embalses y su situación derivada con los descensos de las reservas de agua. Los cambios y afectación en los sectores de la agricultura, la ganadería y la pesca repercutiendo la gravedad  en los mismos por los aumentos de temperaturas, afectando a nuestras producciones tradicionales así como a la vegetación y en el caso de la pesca a las especies nativas y por otro lado como consecuencia negativa a las especies invasoras que se expandirán. Podría seguirse con una larga lista de las repercusiones que tiene para la salud, como así reconoce la propia OMS : El cambio climático ya está afectando a la salud de muchas maneras, por ejemplo, provocando muertes y enfermedades por fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como olas de calor, tormentas e inundaciones, la alteración de los sistemas alimentarios, el aumento de las zoonosis y las enfermedades transmitidas por los alimentos, el agua y los vectores, y los problemas de salud mental.

En la cumbre del pasado año, el Secretario General de la ONU decía "es el momento de decir basta. Basta de brutalizar la biodiversidad, basta de matarnos a nosotros mismos con carbono, basta de tratar a la naturaleza como un retrete y de cavar nuestra propia tumba". Y de nuevo este año, ha vuelto a asumir la responsabilidad con una frase muy contundente "la humanidad tiene una elección: cooperar o morir. Es decir, o un pacto por la solidaridad climática, o un pacto por el suicidio colectivo"....Cada cumbre revisa, analiza, evalúa los compromisos adquiridos en relación con la reducción de emisiones de gases y podríamos decir con suave ironía, que los Jefes de Estado, Primeros Ministros y máximos dignatarios de las más de doscientas delegaciones se analizan a sí mismos y alimentan sus egos, porque de sus declaraciones y compromisos podría volver a repetirse aquello de la diferencia entre lo que se dice y lo que realmente se hace.

En estas fechas donde el otoño huele a castañas asadas, hace unos días me acerqué a uno de los puestos donde se venden. Otros años por estas fechas apetecía acercarse un ratito al calentito de las estufas mientras se iban asando. Me percaté de que el castañero estaba en manga corta de camisa y pensé que esto no me había pasado antes. Durante el camino de vuelta mientras degustaba las castañas me propuse reflexionar sobre ello de nuevo en el blog, para volver a insistir en que el cambio climático no va a llegar, porque ya lo tenemos aquí. Y mientras el calentamiento del planeta no para  y los ciudadanos del mundo estamos sufriendo las consecuencias de las declaraciones de cada año y su no actuaciones, reflexionaba en silencio diciéndome a mi mismo que cada día que pasa asistimos impotentes a ser un poco más cómplices todos, mientras deliberamos a quien le corresponde pagar los platos rotos del cambio climático....como decía el castañero: si seguimos así, pronto no tendremos castañas que asar, no hará falta!.

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