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domingo, 6 de noviembre de 2022

El ejemplo de ser solidarios....

Ahora se están cumpliendo los 25 años de la trágica riada de Badajoz y de Valverde de Leganés y sigue siendo difícil olvidar aquellos días, sobre todo para las personas que sufrieron la pérdida de sus familiares, de algunos vecinos o como se está poniendo de nuevo de manifiesto por los propios afectados que vivían en la zona y que salvaron sus vidas por cuestión de segundos. Aquél día marcó un antes y un después que de nuevo a pesar de los años, se hace público con las entrevistas y documentales que los medios han recordado, así como con los testimonios de algunos de los propios vecinos de la Barriada del Cerro de Reyes. Aquellos días también fueron un mar de solidaridad desde todos los puntos de nuestro país y un ejemplo de colaboración desde los distintos responsables políticos en sus distintos niveles, dando un ejemplo y comprometiéndose sin tener en cuenta el color político, sino priorizando sobre lo que había que actuar de forma inmediata. Había que poner por delante la prioridad de las personas que sufrieron las pérdidas de sus seres queridos y de los bienes de los vecinos que perdieron su vivienda y con ello tuvieron que retrasar sus proyectos alterándole su medio de vida.

Pude comprobar y vivir durante los primeros días como llegaban camiones con alimentos y ropa a la zona. La solidaridad desde todos los puntos se desbordó y aunque ya nada podía volver a recuperar lo perdido, los afectados pudieron al menos tener un espacio donde poder vivir con un poquito de dignidad esos primeros días. Recordar lo que pasó es un ejemplo de lo que se está haciendo en estas fechas con motivo de los 25 años de aquellos desgraciados primeros días de noviembre del 97. Conozco a algunos de los que lo sufrieron en primera persona y sigo notando en la expresión de sus caras, que han pasado años, pero que un suceso así no se olvida. Que hay que recordar para que no nos olvidemos de los que la riada se llevó por delante y también para que haya mejoras en la zona. Porque siempre tenemos que aprender de la historia y este suceso es una experiencia de la que también tenemos que aprender, porque se ha vivido y se sigue sufriendo.  

Como sucedió entonces, estos últimos años la palabra solidaridad ha vuelto a tomar aliento. Ahí está el ejemplo del comportamiento de muchos colectivos con el covid y con la guerra de Ucrania. Nunca será suficiente y ya nada será como antes, pero esos ejemplos siguen siendo titulares, aunque duran poco en la memoria de este mundo que a la velocidad que avanza, no nos deja pararnos a mirar hacia atrás. A veces me asalta la duda de si aquello que la gente asume, acoge o entrega voluntariamente es reconocido y valorado como un buen gesto o una buena acción. Lo que sucedió hace esos años, sí que produjo una ola inmensa de compromiso, colaboración y reconocimiento. Hoy la sociedad quizás porque tengamos más recursos, a veces no expresa ese reconocimiento como entonces se produjo. Quizás es que las tragedias sensibilizan y como esas grullas que vuelan en una de las rotondas del barrio, vuelven sin preguntarse porqué lo hacen. Quizás para que se sepa y se recuerde que cuando todos empujan en la misma dirección, la fuerza es mayor y ese puede que haya quedado como un ejemplo de ese espacio de la solidaridad que todo el mundo tuvo.

Por eso y coincidiendo con esta reflexión después de todos estos años, no deja de seguir sorprendiéndome el egoísmo y la avaricia de los poderosos de la banca y de las grandes eléctricas. Hace pocos días se hacían públicos los resultados de los nueve primeros meses del año de los principales bancos españoles, donde sus cifras de ganancias se han incrementado en más del 30% en lo que va de año. Las eléctricas no paran de seguir ganando a pesar de las medidas del Gobierno y de los controles. Podría decirse que nunca han tenido unos beneficios tan millonarios que chocan con la situación económica de las familias. Durante aquellos años de la riada no hacía falta casi pedirles, todos se pusieron a disposición de los Gobiernos para colaborar y ejercer de forma solidaria su colaboración. Quizás había más control que hoy por parte de los Gobiernos ante estos acaudalados. Hoy la situación es otra. Mueven otros intereses a estos poderosos y así está siendo el ejemplo de su "solidaridad" con el país. No quieren repartir sus beneficios con quien de una o de otra forma, les han ayudado a conseguirlos. Es su forma de comportarse y de ser solidarios....que no se nos olvide!

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