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domingo, 18 de diciembre de 2022

Reencuentro de "kedada"....

Esta semana asistí a un concierto de un cantautor al que tenía ganas de volver a escuchar en directo de nuevo. Paco Ibáñez, al que desde pequeño empecé a escuchar. Siempre me gustó su voz reivindicativa llamando a las conciencias y después de mucho tiempo, sigue manifestándose con la palabra y el canto, lo que viene haciendo desde hace muchos años. El nombre de su gira hace honor a lo que es su carrera musical "Nos queda la palabra". Poniendo voz y música a poemas de autores españoles e hispanoamericanos. La palabra como el reconocimiento de la libertad individual para expresarse, para opinar, para decir lo que cada cual quiera dentro del respeto. Porque siempre que hay respeto y diálogo no hay ningún tipo de violencia. Y así lo decía entre una canción y otra. La palabra, volver a utilizar la palabra para dejar de estar en silencio. Todas sus canciones-poemas tienen mensaje y aunque pesan y pasan los años, lo que no pasa es el sentimiento que transmite. Quizás es que como algunos decíamos, estábamos muchos rojos en el teatro y eso se notaba en el respeto escuchando sus canciones. Sucedió algo que hoy ya no es normal en un concierto, prácticamente no había ningún móvil grabando. Quizás y a diferencia de otros, queríamos disfrutar del concierto y del directo como antes.

Y en ese espacio de lo que puede comunicar la palabra como venimos celebrando desde 2007 en Olivenza, de nuevo volvimos a celebrar nuestro reencuentro de amigos y amigas del "Blog de Guillermo. Así se empezó a llamar al reencuentro en forma de "kedada". Este año le tocó a la ciudad de Cáceres. Aquel año de 2007 un medio nos llamó los blogueros del Presidente. Ya hay muy pocos blogueros en el grupo y también entre los políticos. Por aquellos años era raro el político que no utilizaba esta herramienta. Hoy podríamos decir que lo raro es encontrar un político que la utilice. Quizás por las nuevas tecnologías que se han venido creando, que son más fáciles de comunicar. Pero como decía antes, en estas kedadas, en estos reencuentros anuales seguimos profundizando en el espacio de la amistad, que desde el inicio fue lo que nos empezó a unir, una vez que empezamos a conocernos. Amigos y amigas que nos reencontramos y descubrimos que no solo nos abrazamos y quedamos, sino que compartimos sentimientos y recuerdos porque catorce años dan para ello. Confraternizamos y recordamos experiencias de otras kedadas porque seguimos manteniendo el compromiso y porque nos gusta revelarnos en ese ser como somos.

La kedada tocaba en Cáceres este año y para mí esta ciudad no es desconocida, aunque siempre que iba cuando era un chaval me hacía descubrirla. Nunca termina de conocerse porque siempre sorprende. Tenemos una tierra que rebosa naturaleza, cultura y un inmenso patrimonio. Y en nuestra tierra tenemos una ciudad como Cáceres que es Patrimonio de la Humanidad desde 1986. No es de extrañar para quien la visita que tenga esta declaración, porque sorprende a todo el mundo incluido a los propios cacereños. Toda la ciudad monumental con sus calles empedradas, sus palacios, su muralla y sus torres contienen un legado histórico y único que los extremeños tenemos el enorme privilegio de poder disfrutar. Pero Cáceres dentro de sus edificios no solo encierra historia y cultura. Porque la ciudad se ha convertido en un escenario de "película", porque Cáceres es una ciudad con muchas historias que hoy recorren el mundo.

Y en esas oportunidades que representan nuestras kedadas, nuestra amiga Carmen Torrico, como anfitriona de la de este año nos ha dado la oportunidad de conocer algo más nuestra maravillosa tierra. Mucho más de nuestra historia. Porque hay historias que recorren el mundo actualmente y en ellas se encuentra el Museo Helga de Alvear que tuvimos la suerte de poder visitar. Toda una transformación que está llevando a la ciudad a convertirse en un centro mundial del arte contemporáneo. Desde la primera de sus salas nos quedamos impactados con la enorme lámpara hasta que llegamos a la cuarta. Como nos explicaba quien nos iba introduciendo en la exposición, en la sala de los espejos impactan los mismos porque no sabes muy bien en qué espejo te estas viendo. Es como un reflejo de ti mismo sin saber cual es realmente donde te puedes estar observando. Y en esa dimensión de lo humano y de compartir en el noble espacio de la amistad viéndonos en todos esos espejos que venimos celebrando desde hace años, en ese acto de los reencuentros que constituyen cada una de las kedadas, nos volvimos a comprometer y en 2023 continuaremos la historia desde el bello pueblo del Castillo de Luna.

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