En la Feria Internacional de Turismo (FITUR) de 2023, la ciudad de Badajoz se presentaba con el lema “un lugar donde encontrarse”. El Alcalde valoraba las oportunidades de nuestra ciudad y ponía en valor el aumento de las visitas turísticas y de pernoctaciones en los hoteles, gracias a su oferta turística cultural e histórica. Comentaba del expediente para la concesión del título de Fiesta de Interés Turístico Internacional de nuestra Semana Santa que presentaron sin cumplir toda la documentación. Han tenido que modificarlo para volver a presentarlo y esperemos conseguirlo si lo han presentado bien cumplimentado. Un ejemplo más de la falta de planificación y organización, que marca la presente legislatura municipal.
En Badajoz tenemos la Alcazaba más grande de Europa y es
posible que haya gente que no lo sepa. Ello no quiere decir que no se conozca,
pero me atrevo a decir que para mucha gente no es valorada como debería de ser.
Tener esta corona debería ser el argumento sobre el que se podría sustentar la
riqueza patrimonial y cultural de cualquier ciudad, pero ahí la tenemos y
seguimos renovando la promesa de su conservación y restauración, mientras
seguimos dejando que sigan aparcando todo tipo de vehículos en el interior de
la misma. Como un ejemplo de muchos en su interior, ahí tenemos la situación de
dos de las ermitas que están en ruinas, esperando desde hace años una decisión
para su rehabilitación. Somos muchos los que nos preguntamos por qué los
espacios interiores de un Bien de Interés Cultural, reconocido como Conjunto
Histórico-Artístico no están cerrados para el tráfico para que no se siga
deteriorando.
Porque todas las ciudades que contienen un gran patrimonio
tienen una joya por encima de otras sobre la que son reconocidas. Pensemos en
ciudades de nuestro país y no hace falta pronunciar su nombre porque hay un
monumento que es su marca. Hagamos una reflexión sobre ello y apostemos de una
vez por todas por su conservación y restauración. Una apuesta ambiciosa en la que
hay que invertir, pero primero hay que creerse que la Alcazaba podría ser esa
fortaleza que nos ayudara a dar ese salto y revitalizar con ello a la ciudad.
Tenemos más ejemplos en el ámbito cultural y patrimonial. Claro que los tenemos
y no son pocos, pero sería el mejor exponente para aumentar las visitas, las
pernoctaciones y ser ese ejemplo por el que nuestra ciudad tendría su Marca.
Sería ese cambio que han experimentado otras ciudades y que han conseguido que
el sector del turismo consiguiera situarlas entre las más visitadas y
reconocidas una vez que identificaron las enormes oportunidades que le podía
reportar su Marca.
Pero esta oportunidad que tuvieron y aprovecharon esas
ciudades y que nosotros llevamos años pensando descubriendo parcelas en forma
de pequeños tesoros, pero sin tener una visión clara de lo que queremos ser, no
podemos seguir dejándolo a la aventura de la ocurrencia. Porque tenemos tesoros
en su interior que sufren los desencuentros de los políticos y porque las
promesas están cansadas de escuchar su renovación, la Alcazaba y todo su
entorno no pueden seguir esperando a que se termine de creer que es el mejor
argumento para que Badajoz tenga su Marca.
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