Desde hace tiempo se cuestiona el verdadero valor de la
palabra en la vida pública. Nos encontramos en muchas ocasiones con promesas
renovadas que son el contenido en su momento de algún compromiso. Después
comprobamos pasado un tiempo en que ese compromiso se renueva y se vuelve a
utilizar la palabra. Pero ahí estamos restándole valor al verdadero valor que
tiene la palabra dada. Porque no es solo que se renueve la promesa, es que no
se cumple la palabra. Y es algo que nos encontramos en el espacio público y que
se incumple, se matiza, se malinterpreta o sencillamente no se cumple, pero el
titular queda y marca para siempre a quien no cumplió lo que prometió.
En estos días se ha cuestionado por algunas organizaciones
vecinales y de consumidores lo que ya se está llamando el “basurazo”. La nueva
tasa de basura que el Ayuntamiento de nuestra ciudad, al igual que todas las
ciudades de nuestro país, tendrá que poner en marcha antes del próximo mes de
abril. Es un asunto de mucha trascendencia social y es por ello que se le ha
requerido al Alcalde a que abriera una mesa de diálogo donde se establecieran
criterios objetivos a la hora de la aplicación de las tasas fijas y variable
que comprende la Ordenanza que regulará la tasa y que inicialmente fue aprobada
en pleno municipal con los votos en contra del grupo del PSOE y de VOX.
Se lo dijeron los grupos municipales al considerar su voto en
el pasado mes de noviembre. Deberían utilizarse criterios más objetivos y que
cumplieran con el principio que inspira y que regula la imposición de esta
tasa: el pago por generación. Es decir, que quien más contamine, más pague. La
Ordenanza recoge que se pague en función de una parte fija para todos igual y
otra variable asociada a la superficie construida del inmueble. Las Asociaciones
que cuestionan los criterios recogidos en la norma de la tasa están impulsando
a que se lleven a cabo alegaciones por los ciudadanos. Porque quien contamina
somos las personas que convivimos en una misma superficie y no los metros de
esa superficie. Y por otro lado, porque ya estamos pagando en el IBI una parte
de la tasa por la recogida, transporte y tratamiento de residuos domésticos y
asimilados.
Por ello y entre otras razones, se le pide al Alcalde que se
reduzca la parte que ya estamos pagando por la recogida de la basura. Y por
otro lado, se le insta a que cumpla su palabra y estudie una fórmula para que
no tengamos que pagar dos veces por el mismo servicio, tal y como se
comprometió dando la orden para hacer una rebaja en el recibo del IBI y compense
por este nuevo gasto que tendremos que soportar los pacenses. Y es que el
verdadero valor de la palabra está en cumplir lo que se dice y en lo que se
hace, por lo que el Alcalde debería ser transparente y dar contenido real para
que podamos comprobar que no miente y que una vez más renovó una promesa para
después no cumplirla. Las palabras tienen valor cuando se cumplen, Sr. Alcalde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario