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sábado, 8 de julio de 2017

Ricos en solidaridad...

Esta semana ha sido muy complicada. Hay sucesos que marcan y que los retenemos en la memoria durante mucho tiempo. Incluso es posible que no los lleguemos a olvidar nunca. Creo que lo sucedido en esta semana en la zona de La Vera y al día siguiente en el Valle del Jerte va a ser recordado y muy difícil de olvidar, al menos en mi caso.
Estaba temprano como cada día en el despacho y empezábamos a conocer la noticia de que en un pueblo de La Vera (Valverde de la Vera) había sucedido algo que tenía toda la pinta de ser grave. El servicio del 112 lo concretaba al poco tiempo. La fisura en una balsa de abastecimiento de agua en la zona, provocaba que inmediatamente se activarán los servicios de emergencia en su nivel 1. Una primera valoración y rápidamente en marcha para comprobar, actuar y ayudar en la zona.
Extremadura es una región extensa, muy extensa. Recorrerla en coche desde norte a sur o de este a oeste te lleva un tiempo que a veces se hace interminable y más en casos de este tipo, donde la incertidumbre y la magnitud del suceso nos hacía que la preocupación se nos mostrara en forma de golpes interiores por si había sucedido algún daño a personas y que fuera irreparable. Teléfono, radio, enlaces, redes sociales...cualquier medio nos acercaba a conocer la realidad de lo sucedido. A medida que nos íbamos acercando, las noticias se producían descartando daños personales, aunque sí materiales y bastantes. 
Coordinación de recursos y efectivos para empezar rápidamente a poner en marcha acciones que ayudaran y visita in situ a los lugares donde se habían producido los daños. Me quedo con muchas imágenes que hicieron que mis recuerdos de la riada de Badajoz se volvieran a agolpar en mi mente. El agua con su fuerza había llegado a romper una carretera, había levantado muebles, destrozado viviendas en algún caso, arrastrado coches...había anegado una piscina completamente. Barro, lodo, arboles, ramas y piedras redondas que con la fuerza del agua pudieron llegar a hacer muchísimo daño.
Afortunadamente la cosa quedó en importantes daños de tipo material. La imagen de la piscina cubierta de barro me quedó impactado. La cara de los vecinos asustados por lo sucedido, las conversaciones con algunas de las personas que habían vivido esos momentos, son imágenes que muestran la realidad de la crudeza de un hecho. 
De todo lo vivido en ese día quiero quedarme con algo muy importante y que creo que nos caracteriza a los extremeños. Es con la solidaridad mostrada por muchos voluntarios: protección civil, bomberos, empleados públicos de la junta y ayuntamientos, guardia civil, gente anónima y por los alcaldes de los pueblos de la zona. Los alcaldes inmediatamente habían trasladado a la zona máquinas y trabajadores para empezar a actuar en la zona. A veces nuestra Extremadura aparece en los primeros lugares del ranking y es posible que tengamos una de las rentas per capita más bajas del país, pero somos ricos en solidaridad porque ésta corre por nuestras venas.
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