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domingo, 13 de diciembre de 2020

Mirar lo nuestro....

En una de las dos entradas por carretera que tiene Garrovillas de Alconétar, el Ayuntamiento ha construido una representación de dos de los monumentos más significativos de la historia del pueblo: La Torre de Floripes y el Puente de Alconétar, también llamado Mantible. Los dos monumentos originales se encuentran a unos kilómetros de distancia del pueblo, pero son dos símbolos muy apreciados y valorados por los garrovillanos que ahora de alguna forma, los podrán disfrutar un poco más cerca. Es como conseguir que nuestros abuelos puedan reflejarse en esas tierras hoy cubiertas por las aguas del pantano. Creo que es acertado y así está siendo valorado, porque es una manera de reconocer y recordar una parte de la historia, de esa historia que podemos seguir disfrutando con la riqueza de nuestra cultura en esas piedras milenarias.

En esta semana se ha presentado una campaña de turismo de Extremadura. El anuncio es como una historia contada desde el futuro. Sencillamente preciosa. Que pretende situarnos en el 2071. Que pretende que nos imaginemos y que redescubramos en nuestro interior. Que nos puede hacer recordar momentos maravillosos. El vídeo lo hace, lo consigue, porque hace compartir y vivir, porque consigue que también nos olvidemos de lo que estamos pasando y que pensemos en lo que nos debe importar realmente en la vida. Nos hace recuperar el sentido de las emociones. Consigue que volvamos a valorar las etapas del rio de nuestra vida. Que valoremos la riqueza de lo natural, de lo sencillo, de lo auténtico. De lo nuestro. De esa parte del rio que no hace falta que te la cuenten, porque brota de nuestro interior y nadie mejor que nosotros mismos para contarlo.

Me ha hecho recordar momentos maravillosos. Esos recuerdos que hace unos días repasé durante el paseo en el arroyo Morisco. Esa primera niebla de la mañana. Ese despertar con fuerza de los primeros rayos de sol. Ese sonido del agua esperando que llegaran esas primeras sábanas. Esas matas de jaras que se resistían a dejar de salir o esas ramas de encina que costaba arrancar. Esa fogata encendida para calentar y empezar a preparar el terreno, para conseguir ese brasero de picón que calentaba toda la casa. Ese atardecer precioso que te decía que era hora de recoger. Ese espacio compartido con las personas que quieres, sintiendo que en esas vivencias y experiencias de la vida están los momentos que no se pueden olvidar nunca.

Tenemos una tierra que tiene luz y muchas horas de sol. Un cielo que sorprende de noche y de día, porque mirar al cielo de Extremadura es sorprenderte. Es no olvidar y recordar. Es quedarse en silencio y oir. Es observar en la noche de Monfragüe y descubrir un infinito de estrellas paseando por sus caminos. Es sentarte y escuchar un bramido reivindicando un espacio en la luz de la noche, como expresión del sonido de la fuerza de la naturaleza. Es mirar a lo lejos de esa dehesa llena de colores y saborear la esencia de las cosas, aprovechando cada momento y respirar....respirando para llenarte de naturaleza y de olores.

Y es que nos podemos encontrar con todo lo que imaginas en un lugar donde no te lo imaginas. Porque quien no conoce Extremadura se seguirá sorprendiendo. Como dice la canción de Robe Iniesta que acompaña el vídeo de la campaña "he notado una brisa pasajera, que me ha dicho que, tal vez si quisiera....respira y noto su respiración....habla, y sueño con su voz y con ella".....Un suspiro acompasado, un sentido arrebato de emociones, un espacio para vivir, un lugar donde los sentidos, los sentimientos, las emociones nunca se acaban. #SencillamenteExtremadura.

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