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domingo, 17 de enero de 2021

Empacho....empachados!

Escribía hace unos días que hay opiniones que no son respetables. Sí lo son las personas, pero las opiniones tienen que ganarse el respeto sin faltarlo. Porque hay algo, sobre todo de las cosas de la política, en lo que todo el mundo opina. Unos con información y sabiendo de lo que hablan. Otros sin tener información y sin saber de lo que hablan. No se pregunta, se suelta la opinión y hasta se puede llegar a pensar que se tiene razón. Sucede con más frecuencia de lo deseable. Hoy opinamos de casi todo. Podría llamarse como que pensamos que leyendo solo el titular, ya tenemos información para poder opinar. Y creo que esto es muy peligroso y más en la actual coyuntura, donde lo que se dice en las redes sociales se presta a ser fácilmente manipulable, para creerse por algunos que es todo lo que opinan todos los ciudadanos.

Esta semana ha tenido eco una noticia en todos los medios nacionales, además de la del virus que es diaria. Es difícil hoy tener unanimidad y más con la polarización existente, pero la despedida del análisis diario y de los comentarios políticos de Iñaki Gabilondo sí la ha conseguido. Para mí uno de los mejores periodistas y una referencia reconocida en todos los sectores y ámbitos. Decía Iñaki que estaba empachado y señalaba varias razones de ese empacho. Hartazgo de discusiones y de contradiscusiones sin detenerse a mirar lo que se debe hacer para que las cosas funcionen, censurando la actual política condicionada por muchos factores menos por el de la eficacia, que es el que finalmente llega a la ciudadanía.

Empacho podría ser una de las palabras de moda de esta semana. Porque hoy en día y es seguro que desde hace tiempo muchos ciudadanos estamos empachados. Empachados de tanta discusión, de tanto y tú mas. Empachados de las descalificaciones y del enfrentamiento de aquellos políticos que piensan más en el interés partidista de ellos, que en el interés general de todos. Empachados de las mentiras, contradicciones e incoherencias y de las zancadillas de unos y de otros. Empachados de la polarización. Empachados de tanta falta de moderación. Empachados de tanto tratar de justificar lo injustificable, cuando lo razonable y sensato sería el reconocer los errores como signo de responsabilidad. Empachados de tanta falta de rigor y objetividad. Empachados de tanta superficialidad y de querer dar como normalizadas las cosas como fórmula de respuesta. Empachados de tanto síntoma de desprestigiar y criticar al otro en vez de arrimar el hombro para ayudar y apoyar y más en la situación de excepcionalidad en la que se encuentra nuestro país. Empachados de tanto empacho de hooligans, fanáticos y sectaristas internos y externos, que están convirtiendo a la política en el ejercicio del descrédito y de la degeneración, consiguiendo el distanciamiento de la ciudadanía en vez de acercarlos para que vuelva a ser la referencia de la gente más necesitada.

Puede que hasta yo mismo esté resultando un empacho con mi bitácora semanal. Puede que hasta aquel recuerdo de un día en el que escuchando una entrevista al "jóven" Hessel, me propuse dejar de reflexionar en silencio para hacerlo en público, esté resultando un empacho. Aunque hoy sigo pensando que hay que seguir indignándose, porque hay muchas cosas que siguen siendo realmente indignantes. Por eso y por otras varias razones, en aquel paseo por el Guadiana me debió de llamar la conciencia y me reveló que tenía que seguir acompañándome con su presencia para seguir diciendo aquello de ¡Comprometeos e Indignaos!.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo amigo Anselmo. La verdad es que yo estoy ya en esa fase de hartazgo en la que estoy evitando determinadas situaciones porque he llegado a la conclusión de que aquello que no te aporta debes evitarlo.
    La situación actual es la que tenía que llegar porque la verdad es que nunca había estado percibiendo el nivel de incompetencia entre los dirigentes políticos, medios de comunicación, entidades civiles y también exmilitares. Pero digo que se veía venir porque dada las conductas precedentes durante los últimos años, hacía garantizar la incompetencia sembrada y además creo que esa misma incompetencia ha llegado para quedarse. Y por qué se expande en nuestra sociedad? Porque actualmente gracias a las redes sociales se fomenta y al mismo tiempo se retroalimenta de esa misma incompetencia porque aquí el perfil en las mismas se diseña como uno quiere y hay verdaderos magos en la creación de un buen perfil y sus consiguientes seguidores.
    También es verdad que para ello el nivel de los seguidores o correligionarios debe ser bastante plano por no decir bajo, por tanto el caldo de cultivo está en un óptimo estado para conseguir su objetivo.
    Me he extendido en exceso Anselmo pero también te quiero transmitir que esto del hartazgo es para algunos que todavía nos planteamos algunas cuestiones porque para la mayoría, ese problema no existe y por eso tristemente, estamos como estamos.

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  2. Gracias amigo Jacinto. Quizás es que sucede que todo es referencia hoy en día porque tenemos más recursos y es por ello que es conveniente seleccionar. Creo que es clave. Cada día estoy más convencido de que para los que aún nos planteamos algunas cuestiones, hay que cribar y concretar el grupo de opiniones e informaciones que podemos recibir. También las influencias y relaciones, porque la experiencia creo que demuestra que es muy saludable hacerlo. Gracias por tu comentario. Un abrazo

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