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domingo, 31 de enero de 2021

Información y fatiga pandémica....

La OMS se ha referido recientemente a un término que se viene utilizando con mucha asiduidad por expertos y científicos, así como por distintos responsables de Gobiernos. Tiene que ver con los efectos como consecuencia de tanta incertidumbre, de cambios en nuestro modelo de vida, de miedos por la enfermedad, de cambios por los propios cambios que ha introducido el virus en nuestro día a día. También y quizás como una consecuencia de todo esto, tenemos un cansancio diario de noticias en relación con el virus. Los procesos nuevos a los que nos tenemos que enfrentar y también este hartazgo de noticias alrededor de los efectos y las consecuencias del covid-19, ha provocado que estemos  hablando de la fatiga pandémica. Si analizamos las publicaciones de varios medios cualquier día, comprobaremos cómo una gran parte de sus contenidos hacen referencia a información sobre el covid-19 y escuchaba una entrevista hace unos días en la que los propios entrevistados tenían dudas acerca de ese bombardeo informativo y las consecuencias del mismo, porque aparte de ser un asunto que sufrimos personalmente en muchos casos, se ha convertido prácticamente en el único tema de conversación entre los ciudadanos.

Algunos ejemplos de titulares recogidos en distintos medios, no ayudan precisamente a aliviar ese estado de fatiga pandémica: Sanidad estudia si administra o no la vacuna de AstraZeneca a los mayores de 65 años. La vacuna de AstraZeneca recibe luz verde en la Unión Europea para todas las edades.  El coste del contrato entre AstraZeneca y la Comisión Europea es de 870 millones de euros. Los párrafos tachados del contrato de la vacuna de AstraZeneca y Oxford. AstraZeneca se enfrenta a una posible renegociación de sus contratos con la UE y Reino Unido para no incumplir ambos. La crisis de las vacunas inflama la tensión entre Londres y Bruselas. La UE ya dispone de tres vacunas tras la de AstraZeneca. Tienes la vacuna?. Pagaré. Ponle precio. La asombrosa vía exprés de Israel hacia la vacunación. Una residencia con 11 muertos por covid dejó que el virus se expandiera durante días. Así está el nivel de riesgo de la pandemia: 43 provincias en alerta extrema. La tercera ola supera el pico de incidencia mientras se dispara la mortalidad en una de cada tres provincias. Con las dosis actuales no llegaremos al 70% de inmunizados a finales de verano. España tardará en inmunizarse 4 años al ritmo actual de vacunación. Barra libre de pruebas covid de antígenos. La edad de los pacientes ingresados es cada vez más baja. Portugal, al límite en el peor momento de toda la pandemia. La pandemia deja ya 102 millones de contagios y 2,2 millones de fallecidos....son titulares de distintos medios y tendencias, y así todos los días.

Es sólo una pequeña muestra del conjunto de noticias que aparecen cualquier día y que colabora a que los ciudadanos nos quedemos un poco más perplejos y desorientados. Unas nos hacen concebir esperanza y otras nos la quitan. Unas nos hacen pensar que hay dos tipos de salidas en relación con las vacunas. Los países ricos pueden encontrar la salida de la sanidad preventiva con la vacuna y a los países pobres les queda la parte de la sanidad paliativa, la hospitalaria. La propia UE no es capaz de sentar y exigir a las grandes compañías fabricantes de la vacuna  que cumplan las condiciones de los contratos en cuanto a producción y distribución. Y todos los días escuchamos que los picos, más picos, mesetas, más mesetas, curvas y curvas y una nueva ola que aparece con el brote de distintas cepas.

Puede que todos estos titulares ayuden a confirmar lo que hace unos días recogía el barómetro del CIS. Para más de la mitad de los españoles, la principal preocupación es el coronavirus. Un 44% cree que seguimos en el peor momento de la pandemia y hasta un 33% cree que lo peor está aún por llegar. Y un 62% considera que la pandemia está afectando mucho o bastante a su vida personal y la principal razón, con mucha diferencia con respecto al resto, es el distanciamiento de nuestros seres queridos. A estos datos y con los efectos y las consecuencias de la pandemia, deberíamos sumar el tensionamiento y la polarización partidista que provoca la clase política de nuestro país que ensucia todo lo que tiene que ver con la gestión de esta crisis.

Está claro que es imposible no estar pendiente de lo que está pasando a nuestro alrededor, pero tenemos que tratar de que toda nuestra vida no circule en relación a ello. A ello ayudaría tener mejores noticias y un mejor clima en el país. Sin duda. Es difícil hacer cosas que nos gusten cuando igual están prohibidas, pero hay que buscar en las cosas sencillas. En las cosas que tenemos cerca y que quizás por tenerlas no le damos el valor que realmente tienen.  Y entre algunas de las cosas que podemos hacer fácilmente está la de gestionar el consumo de lo que leemos y de la información que recibimos, porque los efectos de los que nos avisan los expertos pueden llegarnos a bloquear y generarnos un estado de desánimo, apatía y desesperanza ante el futuro....y eso tampoco nos lo podemos permitir.

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