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domingo, 3 de enero de 2021

Estamos en 2021....

Estamos en las primeras horas del nuevo año, aunque se parece bastante al que se acabó. Podría decirse que es hasta normal, porque creo que todavía no nos hicimos a la idea de que hemos entrado en un nuevo año. Quizás eran más las ganas de que pasara el 20 y por eso estamos en el 21. O que todos hemos deseado tanto que se fuera, que aunque sólo sea por ello, todos estamos de acuerdo con sólo unas horas en que estamos en el 2021.

Quiero resistirme a no escribir más del virus, pero resulta imposible. En los últimos días estamos batiendo récords en el número de contagios y lamentablmente la tendencia sigue siendo muy alta. Una de las últimas restricciones por parte de la Junta de Extremadura, es la reducción del aforo al 30% en todos los comercios, estén o no en grandes superficies o centros comerciales. Desconozco si se cumplía esta limitación en uno de los dos centros comerciales más grandes de la ciudad de Badajoz y si se ha controlado, pero por distintos medios hemos podido conocer que el centro estaba "petado" de gente. No se cabía en las dos zonas de aparcamientos y estaban desviando el tráfico y la zona de poder aparcar, hacia otras instalaciones fuera del centro. Me decía un profesional de la hostelería hoy, que a los únicos que se les controla es a ellos, por la limitación de las mesas y los horarios, pero que a los grandes no los controla nadie.

Hay que recordar que estamos en "estado de alarma" y las Comunidades Autónomas son las autoridades competentes delegadas en sus territorios para decidir el nivel de aplicación de las medidas comprendidas en el Real Decreto aprobado. En los últimos días se nos ha insistido a los ciudadanos que asumamos la responsabilidad y que cumplamos las normas. Se nos ha llegado a decir que no tenemos nada que celebrar, y que sólo hay motivos para quedarse en casa. Nos costó asumir el confinamiento. Nos costó asumir el ir con la mascarilla a todas horas. Nos costó dejar de dar besos y abrazos a nuestros familiares y amigos. Nos costó, nos costó cerrar empresas y otros establecimientos.... Todo lo que es obligación por "decreto" cuesta de asumirse y cumplirse, pero al final tenemos que decir que lo único que llegó a funcionar y que consiguió que bajara el nivel de contagios del virus, fue el confinamiento.

Debe ser cierto aquello de que el hombre es "un animal de costumbres". Tenemos un gran capacidad de aprender cosas nuevas, pero también somos cumplidores con lo que aprendimos. Debe ser que algo que se nos vuelve hábito, cambiarlo resulta complicado. Cuandó llegó el verano, se dijo que había que salvar el verano. Ahora en las fiestas de Navidad, había que salvar la Navidad. No se trataba de salvar el verano en su día, no se trataba de salvar las fiestas ahora, porque de lo que se trataba y se trata es de salvar vidas. 

Y como nos tenemos que habituar al 2021, las personas nos adaptamos a las situaciones más difíciles y seguimos adelante aún con dificultades. Comemos, dormimos, nos enamoramos, lloramos, reimos. Nos llegamos hasta a acostumbrar a lo desagradable, al dolor físico o emocional. Pero es cuestión de no resignarse porque incluso la propia adaptación, puede convertirse en una capacidad para seguir manteniendo aquello de ser un animal....pero con buenas costumbres.

2 comentarios:

  1. Pues si nos llamamos animales racionales pero no somos ni los creadores de la vida, ni los dueños del planeta Tierra. Muchos males de la Tierra tienen nuestras colectivas firmas.

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  2. Pues sí amigo. Pero creo que tendemos a normalizar esos males, no se porque nos acostumbramos o nos acostumbran. Un abrazo fuerte

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