Me decía una amiga hace unos días: tendremos que hablar en este país de algo más que no sean elecciones y vacunas, no? Porque ahora que por fín se va a acabar lo de "Madrid es España dentro de España" y que el proceso de vacunación con sus parones y acelerones aunque con algunas dudas, camina más claro que ayer y la ciudadanía acude a que le pongan la dosis que corresponda, podríamos iniciar la senda de hablar también de otros problemas que no son coyunturales, sino que permanecen en el tiempo y que siempre hablamos de ellos, como aquellos otros problemas estructurales. Porque aunque tarde aún en llegar la normalidad, no la de antes que esa ya no volverá, hay muchos otros problemas que están enquistados y que a veces tengo la sensación de que forman parte de ese refrán tan nuestro.... "España es diferente".
Porque ahora que se están diseñando los nuevos proyectos con los fondos europeos, podríamos empezar a hablar de esos otros problemas que siendo de todos se mantienen y profundizan, agrandando la brecha de la desigualdad y de la incertidumbre ante el futuro que se presenta. A ello se refiere uno de los últimos informes del Banco de España en relación con lo que les espera a las nuevas generaciones, que necesita de una solución que no debe demorarse y que no puede seguir almacenada en los despachos de los problemas que por ser complejos, no se terminen de acometer. Los jóvenes que están en edad laboral lo saben bien porque lo sufren y no hay una familia en nuestro país, que no tenga una "víctima" a la que estas crisis casi consecutivas no les haya dejado esas heridas.
La política de subvencionar la conversión de contratos temporales a contratos indefinidos se practica, pero no llega a convertirse en un aliciente por el que las empresas asuman que es mejor tener un trabajador joven con estabilidad, que un trabajador con varios contratos a lo largo de sus primeros años, y por ello hay que revisar las subvenciones a la contratación, realizando un mayor seguimiento a dichos contratos, para fomentar realmente la estabilidad y la calidad en el empleo. Porque uno de los problemas que no se ha conseguido solucionar desde hace muchos años, es el de la dualidad de nuestro mercado laboral, que está implicando que muchos jóvenes con contrato temporal pierdan su trabajo cuando llega una crisis. Y uno de los efectos como consecuencia de la alta vulnerabilidad en el mercado laboral, es que en los últimos años los contratos formalizados han descendido en duración y número de horas trabajadas.
Porque como consecuencia de esta situación que atraviesan nuestros jóvenes, podríamos seguir hablando del porqué se produce un retraso de la edad de emancipación. Porqué la proporción de jóvenes que tienen su vivienda en propiedad ha disminuido casi 20 puntos, algo que no se había producido en nuestro país en las últimas décadas. Porque como consecuencia de ello, el porcentaje de hogares con un cabeza de familia menor de 35 años que vive en alquiler ha subido en más de 12 puntos hasta el 35%, lo que combinado con una oferta rígida ha provocado fuertes alzas de los alquileres que han absorbido gran parte de las renta de los jóvenes. Y para continuar podríamos seguir preguntándonos, porqué se ha producido un caída del 20% de los nacimientos a principios de año, como ha detectado el INE.
El informe avisa sobre una situación muy grave, que se extiende y que alerta de la falta de futuro de los jóvenes, porque uno de cada tres menores de 30 años no tiene ingresos. Las causas no son nuevas y por ello duele más que se hable de ellas sin que realmente se le otorgue máxima prioridad en su resolución. La realidad de este aviso, es que estas generaciones que son el futuro, están viviendo un presente muy preocupante para ellos porque lo sufren directamente, pero también para todos como país....y este debería ser el orden a la hora de afrontar una solución, porque siendo el futuro, no pueden seguir dejando pasar más presentes.
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