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domingo, 22 de octubre de 2017

Los límites de la realidad.

Hace unos días escribía en este espacio que me sorprendía que no hubiéramos aprendido la lección y que después de 40 años de convivencia constitucional y democrática no fuéramos capaces de situarnos en la realidad y de encontrar una respuesta a este tiempo que vivimos. Un tiempo de convulsión que en unos días ha pasado de ser convulsión política, a adquirir unos niveles muy altos de convulsión económica, social y ciudadana, aparte de política.
Las calles se llenan de ciudadanos reivindicando. Las televisiones de comentaristas de todos los colores que nos provocan con sus posiciones. Las declaraciones en los medios se producen casi al instante y prácticamente no da tiempo a leer o escuchar, a saber lo que está ocurriendo o lo que es actual. Las redes sociales nos inundan al segundo y consiguen que la noticia en papel sea atrasada cuando se publica.
Y en este estado de noticias, sucesos y hechos que ocurren no hay tiempo para la sensatez y el sentido común. No hay tiempo para pararse, porque vamos a tal velocidad que nadie ha puesto la palabra "stop" en su casilla o en su pensamiento. Nadie o es que todos hemos caído en la provocación, porque lo que en estos días está sucediendo en nuestro país, va a cambiar todas las estructuras y ya nada volverá a ser igual que antes.
Hace unos meses un profesor en la Universidad provocaba un debate sobre los cambios sociales. No se había producido lo que estos días estamos viendo que está pasando en Cataluña. Recordando aquella clase me viene a la memoria una frase que resumía como comentario resumen:" los límites de la realidad". Y ello me recuerda a lo que desde mi punto de vista se estaba reclamando desde hacía tiempo: la respuesta política. Y no digo que la respuesta política que se ha tenido que tomar, sea la mejor. Posiblemente, nadie quería que se haya tenido que tomar. Pero lo que no tengo dudas, es que había que tomar una decisión ante la sinrazón de un Govern y de un President que tiene entre otras cosas secuestrado desde hace semanas a su propio Parlamento y que se permite aprobar, desaprobar y suspender algo que no existe y es capaz al mismo tiempo de manifestar que es el peor ataque a las instituciones de Cataluña desde los tiempos de Franco. Increíble.
Porque hacía tiempo que se estaba reclamando una respuesta. Y esta ha llegado. Las declaraciones una vez que se ha tomado una decisión por el Gobierno de restaurar el orden constitucional están dando la idea de que algunos no pensaban que se llegaría a donde hemos tenido que llegar. Ahí es donde la frase que encabeza esta entrada tiene todo su vigor y fuerza. Los que se habían lanzado a la aventura de la ilegal e inconstitucional independencia han obtenido un baño de realidad. La realidad en la que como bien ha dicho Guillermo Fernández Vara se sitúan los que se salen de la ley.

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